Que nadie se lleve a engaño porque, como tal, no existe ninguna zona o distrito denominado, ni oficial ni popularmente, Saigón oriental. Pero la ciudad actual resulta una mezcolanza entre las raíces y reminiscencias orientales, el pasado inmediato colonial (occidental) y un tímido caminar hacia un futuro Saigón que, cuando se vayan ejecutando (y concluyendo) sus proyectos arquitectónicos y de infraestructuras, tornará esta aletargada urbe en una metrópoli cosmopolita.
Para recalcar el eclecticismo de la ciudad, dedicaré un artículo a las muestras de arquitectura y cultura oriental en Saigón y otro a la occidental, es decir, a su pasado colonial francés y a ese futuro prometedor al que aún le falta tiempo para terminar de ver la luz.
Voy entonces con una muestra de pagodas, templos, mercados y calles de claro estilo oriental.
Empezaré por la pagoda de Giac Lam, la que a mí más me ha impresionado. Es una de las más antiguas de la ciudad, concretamente del siglo XVIII, de influencia china. Está dividida en varias partes y cuenta también con un cementerio budista anexo.
Voy entonces con una muestra de pagodas, templos, mercados y calles de claro estilo oriental.
Empezaré por la pagoda de Giac Lam, la que a mí más me ha impresionado. Es una de las más antiguas de la ciudad, concretamente del siglo XVIII, de influencia china. Está dividida en varias partes y cuenta también con un cementerio budista anexo.
Acceso al recinto
Acceso a otro de los recintos de la pagoda
Fieles realizando una ofrenda de incienso. Obsérvese la cuidada poda del árbol
Y que no falte Buda
Y más representaciones de Buda
La pagoda en sí misma, imponente con sus seis alturas
Graciosas figurillas que adornan el recinto
Y el arbolado cementerio
Como en todas partes y culturas, hay sepulturas más ostentosas y más sencillas.
Esta es una de las primeras
Y continuando el recorrido por los diversos templos orientales de la ciudad, otro muy interesante es la templo del emperador de Jade o, más conocida por los locales como Chua Ngoc Hoang y apodada pagoda de las Tortugas.
Se trata de un templo construido a principios del siglo XX, de origen chino, en la se entremezclan divinidades taoístas y budistas. Su interior es bastante peculiar por original.
Exterior de clara influencia china (y con caracteres escritos en esa lengua). Por cierto, a quienes les maree
el olor a incienso, debieran de ahorrarse la visita. La foto es bastante expresiva al respecto. Opinad vosotros mismos.
Como se observa, no exagero con lo del incienso
Alguna razón tenía que haber para que se le llamase también pagoda de las Tortugas
Las variadas representaciones existentes en el interior, realizadas en cartón-piedra,
más se asemejan a ninots o a figuras de comparsa de fiestas patronales
que a respetables esculturas religiosas
Otra semejante a la anterior
El barrio chino de Saigón, el distrito 5, se conoce con el nombre de Cholon, que ha de pronunciarse como "tiolén" (frecuentemente, aunque no siempre, la ch en vietnamita se pronuncia como una t). Aunque las dos pagodas a las que me acabo de referir no están en este barrio, quien desee aburrirse viendo templos orientales de toda clase y tamaño y buscar algo de tipismo entre el caos de esta gran ciudad, debiera de darse una vuelta por aquí.
El templo chino más grande, ya no solo del barrio o de la ciudad, sino de todo el sur de Vietnam se halla en Cholón. Es el templo de Thien Hau o de la Dama Celeste, que es la diosa protectora de los navegantes. Fue construido en el siglo XIX.
Fachada principal del templo con evidentes elementos arquitectónicos de origen chino
Interior con el fuego purificador al que se arrojan las ofrendas
Los vietnamitas de origen chino son especialmente devotos.
Y esto se observa claramente en todo el barrio de Cholón
Y más rituales de ofrendas
Los rituales en estos templos de origen chino son muy peculiares. Merece la pena contemplarlos durante un rato. En el de Tham Son Hoi, muy próximo al de la Dama Celeste (apenas a 100 metros de distancia) presencié uno de estos cultos.
Sacerdotisa (de espaldas y con túnica amarilla) acompañada por dos acólitos (túnicas negras),
uno a cada lado y, alrededor de estos, los feligreses
Y entre tanto templo chino, en el corazón de Cholon nos vamos a encontrar una imagen que nos resultará familiar.
Sí, una iglesia católica. La de San Francisco Javier (Nha thó Phanxicô Xaviê, en vietnamita), aunque es más conocida en el barrio con el nombre de Cha Tam.
Fue construida a principios del siglo XX. Presenta los elementos habituales de cualquier templo católico, pero con su particular toque oriental que, por ejemplo, vemos en el templete que cobija la imagen de la Virgen.
En el porche de entrada, concretamente en el lado del evangelio, está la tumba de Francisco Javier Tam Assou, de origen chino, convertido al catolicismo y ordenado sacerdote, y que acabó sus días como vicario apostólico de Saigón.
En la lápida, aparte de caracteres chinos indescifrables (para quien no sepa chino, claro...), leeremos su epitafio en una lengua que sí nos debiera de resultar cercana.
Recorriendo el interior de la iglesia también nos encontraremos con rostros familiares actuales.
Y dejando ya de lado la arquitectura religiosa, pero sin movernos del barrio de Cholón, merece una visita el mercado de Binh Tay.
Hay que armarse de paciencia porque, si en Saigón el tráfico es de por sí un gran problema que resta encanto a la visita de la ciudad, en los alrededores de este mercado se acentúa. Sin exagerar, cruzar una calle no muy ancha, aparte de estresarnos y de obligarnos a emplear los cinco sentidos (y porque no tenemos más...) para no fenecer en el intento, nos puede llevar perfectamente cinco minutos. Por descontado, no esperéis encontrar semáforos. Vamos, que este hecho cotidiano en nuestro día a día, aquí hay que tomárselo al principio como una heroica empresa, aunque pronto le coge uno el truco y va aprendiendo a cruzar a lo vietnamita, es decir, por tramos, con decisión y firmeza, sin titubear, que es justo lo que puede despistar a un conductor local.
Y justo por el grave problema del tráfico no he podido hacer fotos decentes del exterior del mercado.
Su interior es un tanto más tranquilo. Al menos no hay tráfico rodado y, según a qué hora se visite, tampoco excesivo humano.
Además el mercado no se reduce a los puestos del propio edificio, sino a los tenderetes de las calle aledañas, dándole así mucha vida al barrio.
En esta foto, también en los alrededores de Binh Tay, se puede observar que el concepto de acera,
entendido como tramo de calle destinado a los peatones, es inexistente.
Aquí y en buena parte de la ciudad
Pero a pesar de lo agobiante que resulta un paseo por aquí, salvo que quieras huir del mundanal ruido y evitar a toda costa los inconvenientes de la vorágine urbana (en ese caso, obvia Saigón), Cholon termina resultando un barrio con encanto.
Una vez completada la jornada de mercados, templos, pagodas y otros encantos orientales, os vendrá bien un masaje relajante. La oferta es amplia y variada, pero el tema merece un artículo aparte...
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