En prácticamente todo destino turístico hay un barrio o calle guiri por excelencia; la zona de reunión de los mochileros trotamundos. Y Saigón no iba a ser la excepción. Aquí la zona es la de Bui Vien Street y aledaños. El barrio se conoce con el nombre de Pham Ngu Lao.
Las comparaciones, aunque odiosas, son necesarias. Si habéis estado en Tailandia y, más concretamente en Bangkok, sabréis de sobra que Khaosan Road es allí la calle de los mochileros. Pues bien, no esperéis en Bui Vien encontraros el mismo ambiente que en Khaosan porque la decepción sería grande. Saigón es en general una ciudad más sosa que Bangkok y, su barrio de los trotamundos, resulta también menos animado. Por contra, tiene también una gran ventaja con respecto a Khaosan para los amantes de la tranquilidad. No hay tugurios con música a volumen ensordecedor a cualquier hora del día o de la noche. En Bui Vien el ambiente mochilero es más relajado.
Las dos tipos de establecimiento con mayor demanda en este reducto guiri son los que venden cerveza y las casas de masajes.
Los locales de venta de cerveza son típicos en Vietnam. Lo que suelen vender (y a precio irriosorio) es una cerveza artesana de barril llamada bia hoi. Por contra, los masajes, aunque extendidos en la tradición oriental, no son autóctonos de este rincón del planeta. Pero Tailandia (cuna de los masajes del sureste asiático) queda muy cerca y Vietnam no quiere quedarse sin subir al lucrativo carro del turismo. Es por ello, por lo que en la zona de Bui Vien os encontraréis casas de masajes cada diez metros, con jovencitas insistentes que se echan a la calle para promocionar sus servicios.
El problema de que en Vietnam en general, y en Saigón en particular, no haya tradición en la técnica de dar masajes es que, para ampliar clientela, en muchos de los locales han tratado de crear servicios integrales, que aúnan lo que es un masaje en sí y lo que no es precisamente masaje... El resultado es que nos encontramos en Pham Ngu Lao una imagen a medio camino entre el Bangkok de los masajes tradicionales y el Barrio Rojo de Amsterdam.
Para empezar, que no os lleve a engaño el término spa. Este término hoy tan de moda, en España lo venimos asociando a lo que siempre se llamó balneario, solo que ahora con instalaciones más modernas para salus per aquam (spa). En Saigón, en el barrio mochilero, no vais a encontrar ni una gota de agua en estos locales mal llamados spa. Son simples salones donde, en la mayoría de ellos, tras finalizar el servicio convencional, os ofrecerán una extensión del mismo... Lo que eufemísticamente se conoce como happy end en el mundo de los masajes eróticos...
Pero tampoco hay que poner el grito en el cielo. Ni es obligatorio ese happy end (con recargo, obviamente), ni el 100 % de los locales lo ofrecen. Tampoco son oscuros negocios sacacuartos. Los precios están claramente indicados en el exterior (los del servicio estándar, se entiende; no el añadido erótico) y, tras un día agotador de pateada por Saigón, aguantando el bochorno, secándose el sudor a cada rato por la elevadísima humedad y sorteando el tráfico como buenamente se puede, quizás sea útil y relajante.
Lo malo es que hay tanta oferta que, acertar con el sitio adecuado, es una lotería. En algunos de estos locales dan masajes muy correctos. En otros, las masajistas (significativo es que no haya hombres dando masajes...) tienen mejor voluntad que buen hacer. Unos ponen más énfasis en el masaje y otros están más orientados al happy end... Se puede uno guiar por la intuición, preguntar a algún viajero con el que coincidamos, leer opiniones por Internet, ver locales recomendados en guías de viaje o, en último caso, probar suerte. En el peor de los supuestos, poco dinero perderíais.
Y quitando estos locales de masajes, lo que nos queda en el barrio mochilero de Saigón es una sucesión de hoteles de bajo precio (y, en varios casos, de baja calidad; pero no siempre), bares, pub's, tiendas de souvenirs fabricados en serie (en china la mayoría) y de escasa calidad, locales de alquiler de bicis y motos y agencias de viaje. En este sentido, es un barrio no orientado a la población local.
Calle Bui Vien
Personalmente, de los pocos sitios que recomendaría en esta zona, me quedo con una cafetería de la calle Bui Vien llamada Cong. No tanto por la performance de sus camareros, ataviados con ropas militares (en clara alusión a los guerrilleros del Viet Cong), sino por el encanto del establecimiento, su excelente café (como en casi todo Vietnam), sus ricos zumos naturales y sus refrescantes Smoothies (batido de fruta helado).
Interior de la cafetería Cong
Smoothie de la cafetería Cong
En líneas generales, aunque en Pham Ngu Lao no vayáis a encontrar nada típico, no dejéis de daros una vuelta si venís a esta ciudad. El ambiente entre viajeros de todos los rincones del mundo es muy agradable y os servirá para hacer relaciones sociales e intercambiar información del viaje.
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