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Por lo general, un turista "oye" y "ve". Y se distrae en exceso fotografiándolo todo. El viajero [...] lo que hace es "mirar" y "escuchar". Y hace las fotos imprescindibles, ya que prefiere confiar en la impresión que permanecerá en el fondo de su retina. (Alberto Vázquez-Figueroa)
Quien vive ve, quien viaja ve más. (proverbio árabe)

La ciudadela de Hue

En el artículo Camino de Hue ya avanzaba que la ciudadela no se reduce a la ciudad imperial, sino que esta última es una estructura cuadrangular que se halla en el interior de aquella.

Fuera de la ciudad imperial, la ciudadela cuenta con escasos puntos de interés turístico, pero, aun así, bien merece una visita para conocer el Hue más auténtico, más popular.

En tanto que el recinto es inmenso (10 kilómetros de perímetro), recorrerla a pie resultaría cansado, aparte de perder mucho tiempo en la pateada. Tiempo que podríamos emplear para conocer otros lugares más interesantes.

La opción más cómoda, a la par de agradable, será tomar un ciclo-taxi, que es justo lo que hice yo. Por un recorrido más o menos completito por la ciudadela os pedirán inicialmente unos 200.000 VND (8`38 €). Yo, regateando poco más de treinta segundos, lo conseguí por 170.000 VND (7'12 €), aunque tengo la certeza de que se puede conseguir por menos. De hecho, antes de entrar a la ciudad imperial se me acercó un conductor de ciclo-taxi que me dejaba el paseo por 150.000 VND (6`28 €). Supongo que bajó tanto el precio porque notaba mi desinterés, cosa lógica porque en ese momento, tal y como le hice saber, no estaba interesado en un recorrido por la ciudadela, sino en visitar la ciudad imperial. He de matizar que en el interior de la ciudad imperial no puede entrar ningún vehículo, ni siquiera los ciclo-taxis.

Lo tomé nada más salir de la ciudad imperial por la puerta Hien Nhon (ver final del artículo anterior) y acordamos terminar el recorrido en el concurrido mercado de Dong Ba que, aunque no se halla en el interior de la ciudadela, está situado junto a esta.

Como ni el conductor del ciclo-taxi ni yo teníamos un alto nivel de inglés (ni tan siquiera medio), enterarme de lo que me iba contando acerca de los sitios por los que pasamos resultó una tarea casi imposible. Además, en este caso, no pude hacer uso de una aplicación de mapas que tengo en el móvil porque comenzó a lloviznar justo cuando empezamos el paseo.

El primer sitio en el que se detuvo fue en una casa en el que, según le entendí, estuvo viviendo Ho Chi Minh durante su estancia en Hue. Es cierto que el histórico líder vietnamita pasó diez años de su vida en esta ciudad y que existe un modesto museo sobre él (no comparable con el inmenso de Hanoi), pero no tengo muy claro que lo que me contó el taxista sea cierto. Es raro que en ninguna guía de viajes de las que cayeron en mis manos hablen de esta vivienda y, más raro aún, que en Internet no haya encontrado información sobre la misma.

Sea como fuere, aun sin interés arquitectónico ni turístico, tiene su gracia el rústico y austero chamizo.



Supuesta vivienda de Ho Chi Minh 
durante su estancia en Hue


Continuamos camino en dirección a las murallas de la ciudadela. Concretamente hacia una de sus puertas; la situada más hacia el Este. Una vez allí, volvió a detenerse unos minutos para que subiese a la torre que se alza sobre la puerta de la muralla a contemplar las vistas.


Vista del recinto amurallado y del foso de la ciudadela


De nuevo en marcha, nos dirigimos a los grandes lagos de la ciudadela Tang Tau y, ligeramente más hacia el Sur, Tinh Tam. De camino hicimos un alto en una pequeña pagoda de la que, por los dos contratiempos que he comentado líneas arriba, no recuerdo ni su nombre (si es que lo supe en algún momento) ni su ubicación exacta.


 Pagoda


Uno de los grandes lagos de la ciudadela. 
Sin duda, uno de los rincones más tranquilos y bellos de la misma


Las calles del interior de la ciudadela, sin tener un encanto especial en sí mismas, resultan algo más ordenadas y agradables que las del resto de la ciudad. Soportan menor densidad de tráfico, no tienen edificios altos, están arboladas y su trazado es sencillo y racional: paralelas y perpendiculares, formando una estructura cuadricular.


Calle en el interior de la ciudadela


En un momento dado, mi conductor se detiene en lo que parece el acceso a un callejón sin ningún encanto. Más por señas que con palabras, me anima a atravesar ese callejón. Y no me arrepiento de haber hecho caso de su consejo, ya que tan anodino callejón termina rápidamente en un agradable jardín muy bien cuidado, del que lamento profundamente no haber entendido el impronunciable nombre que me dijo.

No obstante, si un día os dejáis caer por la ciudadela de Hue, no creo que os cueste encontrarlo; me atrevo a afirmar que la práctica totalidad de ciclo-taxistas de Hue hacen el mismo recorrido turístico y se detienen en los mismos lugares.








Ya en el exterior de la ciudadela nos dirigimos hacia el mercado de Dong Ba y así terminamos un recorrido que vino durando cuarenta minutos (lo pactado).


Avenida de Tran Hung Dao en las proximidades del mercado de Dong Ba


Mercado de Dong Ba


Si habéis seguido mis peripecias y leído con atención mis artículos anteriores, quizás recordéis que ya he nombrado en dos ocasiones este peculiar mercado.

La primera, en el artículo ¿Qué comemos hoy?, al hablar de un humilde puesto de comida, con una rata paseándose por allí (incluida en el precio), en el que degusté unos ricos pinchos de cerdo y raviolis vietnamitas (banh cuon).


Puesto de comida en el interior del mercado, 
al que hago referencia


Y la segunda vez que nombré este lugar fue en el artículo Vámonos de shopping, cuando explicaba que aquí me topé con la vendedora más persistente y molesta de todo Vietnam, a quien más casi por hastío que por necesidad le acabé comprando una camisola de seda, no sin emplear antes un rato en regatear el disparatado precio inicial que me pedía. Es de las pocas personas de Vietnam a la que realmente tuve ganas de mandar al carajo.


La camisa de seda en cuestión


El edificio en el que se encuentra el mercado es una mole de hormigón que nada tiene de interés ni belleza, pero recomiendo llegar hasta aquí por lo pintoresco y animado que resulta el mercado en sí. Los puestos de flores del exterior, con su variedad cromática, también ayudan a hacer agradable el paseo.


Puestos de flores en el exterior del mercado


El interior es caótico y bullicioso; y justo ahí reside su encanto. Podréis encontrar principalmente alimentación, incienso y artículos religiosos, ropa y complementos, como por ejemplo sombreros vietnamitas. Es más, se puede decir que aquí (y en Hue en general) es donde mayor variedad de este tipo de sombreros podréis encontrar.


 Puestos de alimentación

 Zona descubierta en el interior del mercado. 
Puestos de ropa y sombreros vietnamitas

Zona cubierta en el interior del mercado. 
Puestos de ropa


El mercado abre a diario de 6 a 22 horas, pero desaconsejo ir por la tarde, ya que está mucho menos animado. Entre las 8 y las 11 de la mañana sería la mejor franja horaria para conocerlo en todo su esplendor. Sobra decir que, fuera del horario de apertura, y en tanto que, como ya he comentado, el edificio carece de interés (es más, es bastante feo), podéis ahorraros el paseo hasta aquí.






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